Despues de casi 9 meses, 24 horas diarias, compartiendo cama, kilometros de asfalto, averias, lesiones, saludos, comida, birras, tristezas, alegrias, llantos y risas, llego el momento de tener unos dias para uno mismo.
Koko se fue de vuelta a Kathmandu a por nuestra nueva visa de India. Dos duros dias pedaleando arriba abajo derritiendose en la carretera, parando en cada fuente, escuchando los saludos de los niños y, por la noche, los susurros de los mosquitos. Rezando para que la electricidad vuelva y haga funcionar el destartalado ventilador de la habitacion.
Como las cosas de palacio van despacio, aprovecho los 7 dias que la embajada india necesita para pegar una simple pegatina en el pasaporte para visitar parte del valle de Kathmandu.
La primera parada fue en Boudhanath, uno de los lugares mas sagrados para el budismo, con una de las estupas esfericas mas grandes de Nepal...
donde multitud de fieles giran en sentido contrario a las agujas del reloj, haciendo girar los rodillos de oracion y entonando sus plegarias...
El otro lugar que visito fue Bhaktapur, ciudad que domino politica y economicamente todo Nepal hasta su posterior conquista. Aun sigue manteniendo parte de su independencia, por eso que los mas ancianos no hablen nepali sino newari. Es una ciudad amurallada, repleta de plazas, templos y estrechas callejuelas donde perderse y disfrutar de un lugar limpio, autentico y tranquilo gracias a la ausencia de los odiosos pitidos de Kathmandu.
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